jueves, 29 de abril de 2010

Lara Kuro (Mi primer dibujo en la tableta grafiaca)

Bueno, me he puesto un poco melancolica esta tarde y me ha dado por buscar el primer dibujo que hice con la tableta gráfica XD, esta hecho en el Pait del window y creo que ni tenia los drivers de la tarbleta instalados aun en el pc, me la acababan de regalar (mi novio) y lo unico que había hecho con la ilusion fue enchufarla XD, por aquel entonces llevaba una pj que se llamaba Lara Kuro (si Kuro como el capitan Kuro de One piece XD) y eso fue el desastre que salio....

Primera etapa:


2ª:



3ª:


4ª:



5ª:



Final:



Y asi quedo un poco cutre pero yo que de contenta ^^

Nico Adarian - FFFUUU


martes, 27 de abril de 2010

Nico Adarian- Carta: Querida Lieren

Querida Lieren

Lo siento, quería despedirme pero no puedo. Sé que si te cuento esto antes de irme me seguirás o intentaras que no me vaya. Eres capaz de convencerme y tú no tienes culpa de esto, pero empiezo a pensar que me equivoco en mi forma de ver las cosas.
Te has portado bien conmigo desde que te conozco, siempre has estado ahí y te lo agradezco, eres una gran amiga y te voy a echar de menos. Sé que tú lo sabes pero dile a los demás que aunque me vaya les quiero mucho y que volveré… no quiero involucrarles en mis problemas, siempre os he estado arrastrando a ellos, pero esta vez es algo que solo me concierne a mí y como te he dicho me estoy replanteando las cosas. Nunca he tenido problemas en pedir ayuda cuando la necesitaba, mi única intención desde que os conozco era estar con vosotros. Supongo que era una egoísta, no quería estar sola, os necesitaba. Debería haberme dado cuenta de que estaba abusando de vosotros, todos buscan resolver sus problemas solos y yo aquí tirando del hilo, pero no quiero… resolveré mis problemas y volveré con vosotros…

No he hablado esto con nadie pero aunque no recuerde bien quienes son esas personas que me secuestraron y no esté orgullosa de las cosas que puede que haya hecho sé que algo se ahogó en mi pecho cuando me dijeron que mi hermano y mi madre habían muerto, aunque ahora soy Nico supongo que por muy encerrada que esté Rai sigue dentro de mí y comparte conmigo lo que siento. Ahora no soy nadie comparada con esta maravillosa Rai a la que mi hermana adora, en lo que a poderes sé refiere que no a ideales, creo que ahora soy mejor persona (o mas ñoña según se mire). Sea como sea, en mi estado no puedo ayudarles, soy una rogue, puedo ser la mejor rogue del mundo pero incluso así hay cosas que mi cabeza razona que no puedo hacer sola. Por eso quería tener gente a mi lado, gente que me ayudara a crecer y que cubrieran mis fallos. Lo malo es que a mí no me valía cualquier persona, por muy buenos guerreros que llevara mi lado, magos increíbles, otros audaces y versátiles rogues… esa gente a mi no me llenaba. Siempre había buscado algo que no había encontrado en ninguna de las personas que me había cruzado.







A lo que iba, qué así no puedo salvar a esa gente que un día fueron tan importantes para Rai, tan importantes como para que incluso después de haberles olvidado me hayan dejado un vacío tan doloroso con la noticia. Así que voy a buscar la forma de desbloquearme, como dijo esa Shinigami alguien tuvo que hacerme esto y solo tengo una pista de mi pasado y fue el lugar donde todo empezó a cambiar. Sé que me ofrecisteis vuestra ayuda, recuerdo bien las palabras de todos y como vinisteis a salvarme, como os enfrentasteis a mi hermana por no perderme y las llevare presentes en este viaje, pero no puedo seguir abusando de vosotros. Además tengo miedo de lo que pueda despertar dentro de mi… no quiero cambiar, no quiero dejar de ser como soy ahora, al menos no por lo poco que sé de la mi de antes. No sé que paso por la cabeza de Rai, no recuerdo que sentía o que pensaba ella cuando firmo esos papeles que dicen que firme o cuando hice las cosas que dicen que hice pero al menos ahora y mientras sigua siendo Nico no estoy orgullosa de esas cosas. Nico hubiera buscado otra solución para todo, pero eso no me hace menos responsable de ello. Así pues voy a solucionar lo que quiera que hice y pienso volver con vosotros, pero no quiero perderme en el olvido como le paso a Rai, no quiero ser un recuerdo vacío, no quiero que unos recuerdo me lleven a como les pasa a esos Espadas a ser un monstruo y desde luego no quiero que lo veáis… mandaría todos estos miedos al carajo, os pediría ayuda, con vosotros cerca nada me haría dejar de ser Nico pero como bien me han enseñado estos cada uno debe solucionar sus propios problemas, no es posible que todos estén equivocados.

Te quiero mucho Lieren, sé que vas a ser grande, eres dulce, fuerte y lo suficientemente lista como para saber que cosas están bien y mal y encontrarlas solución, también eres lo suficientemente inocente como para dejarte llevar por lo que de verdad sientes sin que una mente reflexiva y estúpida te robe lo que deseas hacer.

Besos y recuerdo a todos.

Nico

¡Volveré!

domingo, 25 de abril de 2010

Nico Adarian


NICO ADARIAN

Abrí los ojos de bruces contra el suelo, todo estaba muy oscuro y me dolían los huesos por culpa de la humedad; de repente un enorme escalofrío recorrió mi cuerpo, el incesante frío y una extraña sensación de que no estaba en el lugar adecuado me invadieron. Traté de incorporarme ayudándome con la resbaladiza pared cubierta de musgo e intenté encontrar un asidero para levantarme. Los dedos de la mano me fallaban, creo que los tenía atrofiados por culpa del frío, me acurruqué un rato y me froté las manos para reactivar la circulación. Tras varios intentos conseguí alzarme y apoyada en la pared forcé los ojos para ver donde estaba, por alguna extraña razón al hacer esto sentí un pequeño escozor en los ojos seguido de un mareo que casi me devuelve al suelo. Recuperada de la irritante sensación, intenté ubicarme.
¿Dónde estaba? No recordaba haberme metido en ninguna mazmorra desde hacía meses, últimamente no había llegado hasta mi ningún trabajo realmente divertido. Solo había podido lucirme con un encargo anónimo de “restauración de dueño” en el que... en el que... ¡no recordaba! Sabía que había salido de aquella taberna apestosa donde me alojaba desde hacía meses, por ser la más mugrienta y barata de la ciudad y que me había encaminado por los callejones hacia una zona más lujosa donde debía llevar a cabo mi encargo. Era consciente de que había terminado ese trabajo y lo había hecho bien, es más, recordaba haber vuelto por esos sucios callejones hasta la taberna y decirle a la tabernera que ya no iba a necesitar su asquerosa cama.
Entonces una gota de agua helada me cayo en el hombro y salí de mi ensimismamiento, comenzaba a despertarme y el cuerpo no terminaba de responderme. Trate de mirar donde me encontraba, el ambiente me era familiar, como estar en casa. Busqué la linterna e iluminé la sala, una única salida y la imperiosa sensación de que debía salir de allí. Cómo había llegado allí y porque me encontraba en tan lastimoso estado sólo importarían cuando estuviera fuera.

Han pasado dos semanas desde que salí y me arrastré hasta un camino, todavía no entiendo que pasó y creo firmemente que quienquiera que me dejara allí contaba con que no saliera, ahora mismo estoy alojada en la taberna de una joven que me encontró cuando iba a buscar leña. Tocan en la puerta:
- Soy yo,¿puedo pasar?.
- Por supuesto Tika.
- ¿te encuentras ya mejor? ¿qué hacías ahí? Ese sitio es muy peligroso.
- No lo sé, no logro acordarme.
- ¿No recuerdas nada?, ¿ni tu nombre ni tu casa?
- Todos los recuerdos que tengo son antiguos...
- Pero, entonces recordaras quién eres.
- Claro que lo recuerdo, cuando mi abuelo me adoptó, mi familia era una de las más adineradas de mi región, mis padres siempre estaban ocupados en reuniones con otras familias y en tratos comerciales, así que desde bien pequeña fui criada por mi abuelo. A él le encantaba hacerme juegos de manos con canicas y monedas, haciéndolas aparecer y desaparecer ante mis ojos, yo estaba entusiasmada y le repetía una y otra vez que me enseñara ha hacer su “magia” y él me prometía que cuando creciese me enseñaría esas y un montón de cosas más. Según iba creciendo, mi abuelo me enseñaba más trucos, cada vez más complejos y me proponía acertijos de los que él se había encontrado en sus viajes. Años después mi abuelo desapareció, pero eso no mermó mi curiosidad, que al final me acabó llevando a escaparme de mi casa debido a lo aburrido de mi vida. Fue entonces cuando oí hablar de un tesoro escondido en una mazmorra, protegido por un montón de trampas y acertijos indescifrables, eso fue lo que terminó de engancharme en la búsqueda de tesoros y botines ocultos.- Repaso todos sus recuerdos, mas para confirmar si realmente se acordaba que por la muchacha que la miraba curiosa- Mi nombre es Niko, encantada y gracias por la ayuda.
- No es nada... -sonrió tímidamente.
- ¿Qué ha pasado ahí abajo, he oído ruidos?
- Era un grupo de alborotadores, un tipo se ha encargado de ellos. ¡Oye, si eres una cazatesoros te puede interesar esto!
Me tendió un pergamino en el que se ofertaba un trabajo bastante bien pagado.
- Muchas gracias
- No es nada, me alegro de haberte ayudado, por cierto ¡qué ojos más curiosos tienes!
- ¿curiosos...?
(Esta es la partida que estoy llevando siguiendeo actualmente, asi pues subire seguramente de esta personaje mas dibujos o textos relacionados)

Alexia Maldini

Esta historia de comienzo de personaje es para una historia ambientada en el juego de rol d10 "7º Mar"

Alexia Maldini (Vodacce- Bruja/Esgrimista)

“Mi suerte y mi hado lo elijo yo y ningún hilo podrá enmarañar mi destino”

Mi nombre es Alexia Maldini, y en su día pertenecí a una familia acomodada de Vodacce. Por aquellos tiempos, mi vida era cómoda e incluso llegue a asistir a una de las fiestas de gala ofrecidas por los principes.
Mi casa era un lugar tranquilo, mi padre llevaba los negocios con gran fortuna y mi madre tejía armoniosos hilos a favor de la casa. En esos días yo era por decirlo de alguna forma una persona que pasaba desapercibida al menos a ojos de mi madre, no me prestaba atención pues para ella era una vergüenza que yo no hubiera heredado su dote.
Mi padre, por su parte, me traía lujosas ropas de sus viajes y para mantenerme entretenida, con su gran don de gentes acertó a inscribirme en la academia de esgrima, donde entablé amistad con algunos de los asistentes. Fueron estos contactos, estos amigos, los que más tarde serian mis apoyos y los que pondrían en mi esa confianza que más adelante me daría de comer.
Tenia unos 16 años cuando mi padre se arriesgó a ofrecer una suma superior en una puja que tenia casi ganada el Signiore Boldinie, una buena racha y las adulaciones de alguna cortesana le hicieron no medir su apuesta. Tras este accidente los hilos de una bruja que no era mi madre se cernieron sobre nuestro hogar de forma nefasta.
Incapaz de reconocer su error mi padre culpó a mi madre de no saber defender su casa y cada uno de nosotros tomó su propio camino. No sé muy bien qué fue de mi padre cuando se desentendió de mi, tampoco de mi madre pero ciertamente poco me interesó. Simplemente se esfumaron, no es difícil desaparecer en las calles de Vodacce.
Yo por otra parte me acomodé en la casa de una amiga de la academia que, al ver mi mala fortuna, me recogió. Asistí a fiestas y banquetes de la mano de mi protectora y aprendí que hay información en Vodacce capaz de sustentar los caprichos y la comida de una joven avispada. Pero si algo aprendí de mi padre es que las apuestas mejor que no sean muy altas y tras explotar los rumores y los guiños de la nobleza, decidí retirarme antes de ganarme la enemistad de alguna bruja.
Fue entonces cuando decidí ir a explotar mi don a otra parte, a algún sitio donde volviera a ser una desconocida con dotes de baile, que se ganara los favores de la gente con su palabrería. Y al subirme a un barco en busca de fortuna a otra de las islas, me enamoré; pero no de una persona cualquiera, sino de mi reflejo mezclado con la espuma de las olas, del aire soplándome fuerte en el rostro y del ruido del frágil cascarón de madera luchando por sostenerse en algo que ninguna bruja podrá dominar. En ninguno de los canales de Vodacce el agua me había parecido algo tan maravilloso.
Así mi destino viró, se encaminó a aguas más desconocidas y acabé embarcada en un barco de mercancías fraudulentas que había venido a Vodacce a descargar su cargamento. Ayudé al capitán a desprenderse del género y me invitó a subir a bordo con todo un inmenso mar por delante. He visitado innumerables costas y visto en ellas increíbles maravillas, comerciado por cientos de tierras y dado alcances a los mejores veleros. Me he subido a la cofia y divisado el mar; y ese cosquilleo que siento cuando la mar ondula, nunca ha desaparecido. Pero en cierto modo, no me enamoré solo del mar, sino de lo que hay mas allá. De las costas que aun no he visto, del cosquilleo de los lugares nuevos y del futuro incierto; me enamoré de la Libertad.
De los rumores de la ciudad, pasé a escuchar el rumor de las olas y los cuentos y supersticiones de los marineros, sobre lejanas tierras, y entre ellas, el 7º mar. Esa idea desde el primer momento nublo mi cabeza, un lugar inexplorado incluso para los más intrépidos, un sitio de leyendas, un misterio... La imagen que me dieron los marineros de ese mar no ha dejado de rondarme por la cabeza una y otra vez. Comencé a obsesionarme con los mapas, con las cartas de navegación, pasaba noches enteras tratando de conjeturar donde podría estar ese mar, ese secreto, ese...

Chandra, El comienzo




Como habréis podido observar soy una elfa Silvana, mi estilo de combate es una adaptación de uno de los bailes ritual de mi pueblo. Unos cuantos elegidos cada año forman el escuadrón de bailarines y dedican su vida a las danzas de espadas para homenajear a los Dioses, yo formaba parte de uno de esos escuadrones.
Vivía en uno de los pueblos cercanos a la gran ciudad, aunque por problemas de orografía realmente quedamos bastante incomunicados. La gente de mi ciudad es gente humilde y caritativa, como todos los elfos silvanos, aman la paz y la naturaleza y a mí desde siempre me han tratado de inculcar estos ideales. Era yo pequeña cuando llegó hasta mi aldea un grupo de exploradores humanos que iban en busca de unos minerales preciosos que al parecer habían oído que se hallaban en una de las vertientes de montañas circundantes a mi pueblo.
Todos dieron cobijo y una calurosa bienvenida a los extranjeros, a los que tanto les gusto el sitio que decidieron instalarse entre nosotros. Al principio eran todo amabilidad, traían noticias del exterior, especias nuevas para nuestros guisos y golosinas desde la gran ciudad para los niños, luego, las cosas, aunque nadie quisiera darse cuenta, cambiaron. Cada vez venían a la aldea más y más humanos, que pedían talar unos pocos árboles para hacerse casas, otros pocos para su leña, otros más que ni recuerdo por que los pedían… Los mayores de la aldea accedieron, y así, cada día venían con una petición nueva. La amabilidad de mi gente la hace permisiva y mansa, y la única resistencia que presentaban a la avaricia y al maltrato del bosque era la esperanza de que al vivir un tiempo entre nosotros los humanos acabarían dándose cuenta de que lo que hacían estaba mal, pero eso no sucedió así.
Hicieron una mina de gemas preciosas donde se encontraba uno de los enclaves más hermosos de mi bosque, destrozaron y contaminaron mi río y al final se tomaban hasta la libertad de elegir una amante, o incluso varias, sin importarles nada ni nadie, y, como respuesta, los míos seguían esperando y dejándose pisar con su mirada puesta en la esperanza de que esas personas cambiaran, por que dicen hay que predicar con la palabra y el ejemplo y no con la fuerza y la violencia.
A mí me echaron de la aldea hace alrededor de unos 7 años, hace tiempo que yo estaba a disgusto viviendo allí, y que había dicho abiertamente que no estaba de acuerdo con lo que estaba pasando, pero lo que realmente me enfadó fue la decisión de los míos de expulsarme.
Una noche mi hermana pequeña iba de regreso a casa y un humano la paró en el camino, iba medio borracho, agarró a mi hermana por la muñeca y gritó a los cuatro vientos que mi hermana iba a ser su nueva amante. Mi hermana agacho la cabeza sumisa y yo cansada de ver escenas similares a esa, irrumpí entre el borracho y sus amigos agolpes para soltar a mi hermana. Apenas sabía lo que era dar un puñetazo, pero no iba a seguir consintiendo aquello; los humanos tenían que irse, yo no los quería en mi aldea, estaba harta.
Mi escaramuza no llegó a más que un par de moratones para los humanos y una paliza para mi, pero en cuanto desperté vi el hatillo y mis escasas pertenencias en la puerta de mi casa, esperándome; porque no quieren gente violenta en su pueblo, porque a los míos no les gustaba la mirada de mis ojos violetas, supuestamente tan llenos de ira, porque Chandra siempre fue muy rara, tanto que ni mi madre ni mi hermana salieron a despedirse y no vi a nadie mirar hacia la salida del pueblo mientras me iba, ni mis compañeros de ritual ni el resto de mis conocidos, todos preferían seguir ahí esperando…
Cuando salí del pueblo sola con mis katanas de ritual, mi capa y el miserable hatillo, tenía clara una cosa, no era la violencia la que me había robado mi hogar, sino la pasividad de mi gente, y, lo más triste es que sé que ellos nunca se darán cuenta.




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